Los escenarios más inverosímiles a menudo son testigos de grandes inventos de la gastronomía que se convierten en productos muy populares. Es el caso de los polos helados.
A los 11 años, Frank Epperson dejó toda una noche a la intemperie en el porche, una bebida a base de polvos de soda y agua con el palo agitador dentro. Las bajas temperaturas del invierno actuaron como magos fortuitos y al día siguiente el pequeño Frank descubrió que esa casualidad helada estaba deliciosa. Aquello sucedió en California en 1905.
Años después nuestro equipo ofrece una nueva dimensión del acertadísimo hallazgo con los polos semifríos de Goyo.
Los polos semifríos de Goyo Catering son un apetitoso reclamo a la hora del postre. La apariencia de helado enmascara una explosión de sabores más cremosa que sorprende al consumidor. Es ir más allá, en un homenaje al clásico polo que devora la vanguardia gastronómica, como el ejemplo del Polo de Pistacho con Cremoso de Chocolate y Frambuesa.
En un primer momento, Epperson denominó a su invento como ‘Epsicle’ pero cuando se percató de que podía convertirse en un producto de gran consumo optó por un nombre más comercial: ‘Popsicle’. Lo patentó y fue tal su éxito que en 1928 ya había vendido los derechos de 60 millones polos helados. Nosotros podemos corroborar que a día de hoy los clientes se siguen entusiasmando con la idea del refrescante helado en un palo que dio lugar en sus inicios al eslogan: ‘A todos les gusta Popsicle’.
Nuestro equipo juega con distintos sabores aportando una mayor creatividad; aunque según la marca original, la cereza es el favorito. Entre otras curiosidades sabemos que durante la II Guerra Mundial fueron utilizados como un símbolo de la vida americana y que en la Gran Depresión se inventó el polo doble para que dos niños pudieran disfrutar del helado por solo 1 nickel (moneda estadounidense equivalente a 5 centavos).