Una boda diferente y con glamour es lo que ofrece una combinación de negro y dorado. Fue un evento celebrado en Molino del Duque, Manilva (Málaga). Una ocasión especial y distinta ya que se personalizó todo el montaje, incluyendo servilletas, vasos y mantelería, para adaptarse a las preferencias de los novios. Todo ello, sin dejar de lado la elegancia y armonía.
La boda de Alberto y Bea marcó diferencias. El conjunto creado evocaba tiempos medievales, con la opacidad de los vasos, reforzando el metal, en este caso dorado, como símbolo de riqueza.
Para redondear, la tarta con formas irregulares, en color oro; acompañada también de un buffet de postres con dulces en la misma tonalidad.
Previamente se sirvieron diferentes aperitivos, como el ceviche de vieras, a los que le siguieron nuestro buffet frío de ensaladas en transparencias y de mini timbales.
El entorno de Molino de Duque, tan bellamente familiar y distinguido, ofrecía la posibilidad de insertar elementos rompedores. En este caso, el negro y el dorado hicieron las delicias, en un montaje atractivo y llamativo a la vez que serio. La utilización de distintos elementos de cristal, captaba más aún la atención de los invitados.
Esta boda tan mágica, diseñada por Si!Quiero Wedding Planners y con la colaboración de Virginia Florista, fue una muestra del carácter personalizador y adaptable de Goyo Catering. Para el equipo es primordial crear la escena que los novios sueñan y mimetizarse con sus gustos, creando bodas originales pero igualmente armónicas.