El romanticismo puede sentirse en la atmósfera cuando se crea un ambiente con la sutileza de la luz tenue que deja entrever los detalles que guarda e ilumina el propio amor. Un jardín con la naturalidad de los sueños y la belleza de la noche combinan de manera clásica para acentuar un entorno mágico, un Buffet de Postres.
En esta boda celebrada en Manilva (Málaga), que ya compartimos anteriormente, la iluminación fue la clave para crear un entorno relajado y elegante, con muchos rincones que descubrir y en los que dejarse sorprender.
Todo ello consistió en una armonía y mezclas de ambientes, colores y texturas, como también ocurrió con la tarta. El equipo de obrador creó una pieza central que combinaba la flor y el dulce, la conjunción más apropiada para una boda romántica.
El buffet de postres parecía un sueño hecho realidad y evocaba las escenas más fantasiosas que podrían salir de la obra de Shakespeare, Sueño de una noche de verano. La luz producía destellos que definían aún más un aura mágica y la piscina iluminada redondeaba una escenografía de película.
Los bouquets y centros de mesa de flores al estilo romántico, favorecían el color rosa sin monopolizar un ambiente lleno de colores y distinción. El olor a flor invadió el espacio gracias a Virginia Florista que dedicó especial atención a la decoración floral del evento.
Las flores brotaban de mil maneras de las distintas ubicaciones donde se presentó un gran buffet de postres, alrededor de la piscina y entorno al precioso jardín de la finca Molino del Duque. Las telas ayudaron a delimitar espacios y crear un entorno delicado y secreto. El diseño de Sí!Quiero fue determinante a la hora de sobresaltar el magnífico deleite de postres y dulces de Goyo Catering, donde resaltaban las cake pops, esferas de nougat, eclairs…